Educación Inclusiva
Educación Inclusiva
e intercultural
wIlFrEdO PaCHerREs GaRcÍa.
En estos últimos años se ha acuñado en nuestro quehacer educativo
la frase que titula este aporte. Para tal fin, quiero realizar una
discriminación de los términos que nos crean confusión y a muchos colegas
también. Partiremos primero, del término inclusivo (por cierto término muy de
“moda”)
Se entiende por educación inclusiva al modelo educativo que busca atender las necesidades de aprendizaje de todos los
niños, jóvenes y adultos con especial énfasis en aquellos que son vulnerables a
la marginalidad[1] y la exclusión social.
Lo de necesidades de aprendizaje en
niños, jóvenes y adultos, estoy de acuerdo, pero vulnerables a la marginalidad
y exclusión social?
La marginación consiste en la
separación efectiva de una persona, una comunidad, o un sector de la sociedad,
respecto al trato social; el proceso puede mostrar diferentes grados y
mecanismos, desde la indiferencia hasta la represión y reclusión geográfica, y
con frecuencia trae aparejada la desconexión territorial. Su carácter
definitorio, sin embargo, no es el aspecto geográfico, sino el aislamiento
social.
Por exclusión social, se entiende a la
falta de participación de segmentos de la población en la vida social,
económica, política y cultural de sus respectivas sociedades debido a la
carencia de derechos, recursos y capacidades básicas (acceso a la legalidad, al
mercado laboral, a la educación, a las tecnologías de la información, a los
sistemas de salud y protección social, a la seguridad ciudadana) que hacen
posible una participación social plena.
Compilados estos dos conceptos, podemos
afirmar entonces que, la educación inclusiva nos lleva a la liberalidad
educativa, es decir, si a mi no me gusta asistir al colegio todos los días de 7
a 2 de la tarde y con un uniforme, entonces las escuelas inclusivas deben
proponer horarios flexibles y que vallamos vestidos como se antoje. Tómese en
cuenta que las instituciones educativas exigen uniforme, corte de cabello,
asistencia obligatoria, etc., por ende no son inclusivas.
Esto, en el sentido estricto del
significado. Pero, analizando las propuestas de nuestro sistema educativo, la
inclusión se centra en las personas con discapacidad de algún tipo para su
aprendizaje, personas que, mas que aprendizaje cognitivo, requieren aprendizaje
social, es decir, integrarse con su entorno y con sus coterráneos “normales”,
para que vivan y disfruten lo que todos los que pertenecen a su generación
viven, hacen, disfrutan o no y no sean marginados por el grupo.
Pero logrado esto, integrarlos al grupo
de estudio, quién nos garantiza que esta persona incluida en el sistema
educativo, no será excluida socialmente más tarde. Se le permitirá seguir
estudios superiores, y de lograrlo, podrá participar en política o tomar
decisiones representando a un grupo social? A mi parecer los términos son
fáciles de pronunciar “inclusión”, pero falta crear un marco sustancial que
permita lograr esto y no dejarlo sólo como frase bonita y que nos haga ver como
los que siempre vamos a defender al niño o joven (en EBR) para que se integre a
su grupo y que después que termine su secundaria otro se haga cargo de ese
“problema”.
Si queremos incluir a todos al sistema
educativo, entonces debemos capacitarnos bajo ese enfoque y hacer cambios
sustanciales en las normas, labor que nos compete a todos los docentes y
sobretodo al Estado, pues debe permitir a las instituciones educativa elaborar
las normas necesarias para que los estudiantes de su entorno se integren a una
escuela que no sea opresora, sino verdaderamente integradora, donde el alumno
sienta la necesidad voluntaria de estudiar y continuar en la universidad. No
necesitamos ser un rector (película The Principal, 1987) para lograr esto, ni
llegar a los extremos evidenciados en este film, pero podemos ir cambiando y
logrando una verdadera educación inclusiva en toda su extensión.
El segundo término, intercultural,
complica aun más el asunto. Puesto que por este término se entiende, en el
enfoque educativo, integrar culturas y está sujeta a variables como: diversidad,
hegemonía cultural, política y económica de países y regiones, definición del
concepto de cultura, obstáculos comunicativos como el idioma, políticas integradoras
e integracionistas de los Estados, jerarquizaciones sociales, sistemas
económicos exclusionistas y que sustentan hegemonías ideológicas mediante la
discriminación, así como diferentes niveles de desconocimiento entre grupos
culturales de los mecanismos sociales y políticos para el ejercicio de derechos
civiles, como diferencias en el ejercicio de los derechos humanos y de género.
El concepto apunta a describir la
interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico
(intervienen muchas variables para un gran fin determinado). Ahora, en nuestro
campo debemos lograr que todas las variables converjan y la educación sea
verdaderamente inclusiva y no sólo se centra en la integración de las personas.
Espero pues que, después de haber
analizado esto, realicemos un trabajo que apunte a lograr una educación
inclusiva e intercultural y que los marcos legales se vayan adaptando a este
fin y asumir que a nosotros, este tipo de educación nos demandará mas esfuerzo
en la elaboración de sesiones, unidades, sílabos, etc. Demanda también que
nuestra alicaída profesión (hay pocos que estudian para docentes) sea
restructurada y demande en nosotros trabajar en distintos escenarios
geográficos y dominar su lengua y culturas propias.
Hay hermanos
muchísimo que hacer.
[1] Término sociológico que designa a las personas que no
se ajustan a las reglas de un determinado grupo. Comúnmente se les designa a
las personas que viven fuera de la ley. Semánticamente 1 Situación de
aislamiento, rechazo o trato de inferioridad en que vive una persona o un grupo
de personas a causa de la falta de integración en un grupo o en la sociedad. 2 Acción
que consiste en dejar de lado una cosa o apartar de una relación o del trato
social a una persona.
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